Si alguien alguna vez me pidiera que le contara lo más bonito de nuestra historia le contaría las tardes soleadas que pasamos en el lago y las lluviosas que pasamos acurrucados en el sofá de tu casa.
Le daría los detalles de aquella vez que corrimos por las
calles cuando se nos escapó el perro y después, exhaustos, nos sentamos en el
césped a reírnos de nosotros mismos.
Le explicaría como te quedaste dormido sobre mis piernas
viendo tu película favorita porque la noche anterior nos quedamos hablando
hasta las cuatro de la mañana en susurros.
Narraría cómo te presentaste en mi casa aquella noche, sobre
las doce, con el nuevo CD de mi cantante favorito y, bajé tan rápido las
escaleras que, al abrazarte nos caímos hacia atrás por el impulso.
También debería confesar que un día nos pasamos la tarde
contándonos los lunares mutuamente y te hice reír durante horas solo para ver
como se te achinaban los ojos y a mí me daba saltos el corazón.
Y me gustaría hablar de lo guapo que estabas cada vez que
doblabas la esquina y acelerabas el paso al verme parada esperándote.
Podría contarle cada detalle a cualquiera pero sobretodo, me gustaría poder decirte a ti que todavía
me pongo nerviosa cuando nuestras miradas se cruzan y me tiemblan las piernas
cada vez que te veo.Y quizá también que repetiría cada momento que pasamos juntos.
Pero lo único que no puedo contar es que quería que te quedaras conmigo, como poco, toda la vida. Y jamás te lo dije.
N.
No hay comentarios:
Publicar un comentario